COMER SALUDABLE TODOS LOS DÍAS
A pesar de toda la información que se puede encontrar actualmente sobre este tema, muchas personas aún se preguntan cómo comer saludable todos los días, y es que no todos los datos hallados están contrastados o son fiables. Por ello, en AL DENTE hemos compartido este artículo sobre cómo comer sano a diario, tantos si estás haciendo dieta como si no, porque comer sano para adelgazar o para mantenerse no es tan diferente en cuanto a pautas a seguir, si obviamos la reducción de calorías que se deben ingerir.
Es esta completa guía sobre cómo comer sano y equilibrado encontrarás una serie de consejos y pautas que te ayudarán a saber cómo hacerlo de manera fácil tanto dentro como fuera de casa, y que podrás implementar a diario sin ningún problema.
Carbohidratos: Integrales y no refinados
Los carbohidratos o hidratos de carbono son nuestra principal fuente de energía y constituyen 1 de los 3 macronutrientes que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente, junto con las proteínas y las grasas.
A pesar de ello, uno de los errores que se cometen a la hora de empezar a comer sano es pensar que hay que reducir su cantidad considerablemente o al mínimo, y eso no es saludable, ya que necesitamos que nuestro organismo transforme esos carbohidratos en glucosa y esta realice todas las funciones para las que está destinada. El hecho de no ingerir suficiente cantidad de carbohidratos, en un principio, sí que se refleja en una pérdida de peso considerable pero, a largo plazo, puede ser muy contraproducente a nivel de salud como han demostrado multitud de estudios científicos contrastados.
Los carbohidratos integrales son indispensables en tu dieta y se deben incluir en su justa medida en todas las comidas principales del día, ya que se consideran hidratos de carbono complejos (de lenta absorción y baja carga glucémica) y son los que más fibra y nutrientes aportan a tu organismo.
Las frutas y las verduras también son hidratos de carbono
Cuando hablamos de carbohidratos, no solo estamos hablando de harinas, panes, cereales, granos o tubérculos, sino también de las verduras y la frutas. Lo que sucede es que su nivel calórico e índice glucémico son muy bajos y, por ello, muchas personas desconocen esta información.
Para comer sano y equilibrado las verduras y las frutas deben ser las principales protagonistas de la dieta, y a ser posible hay que incluirlas en todas las comidas que se hagan al día como platos principales y no como guarniciones o acompañamientos, que es como se suele hacer actualmente. Estos alimentos aportan la mayoría de vitaminas, minerales y, en general, los micronutrientes que nuestro cuerpo necesita. Además son muy saciantes y aportan muy pocas calorías.
Grasas: no hay que tenerles miedo
Las grasas no son el demonio. Al contrario de lo que muchos piensan, son una parte indispensable de nuestra alimentación y contribuyen a mejorar el ambiente hormonal de nuestro organismo entre otras muchas funciones.
Pero, lógicamente, no todas las grasas que existen son saludables. Las grasas saturadas que se encuentran principalmente en productos de origen animal, como las carnes rojas o los lácteos (leche, huevos, mantequilla...), y las grasas trans, como las que se encuentran en la mayoría de productos de bollería industrial o la margarina, hay que evitarlas a toda costa para dar prioridad a las grasas insaturadas, como son los ácidos grasos de los aceites vegetales, los pescados, el aguacate, las semillas o los frutos secos, que son muy beneficiosos para nuestra salud cardiovascular.
Es recomendable incluir una porción de grasas saludables en todas nuestras comidas principales diarias. Los frutos secos, por ejemplo, son unos snacks ideales para cualquier momento porque además de grasas buenas contienen proteínas y fibra. Así que unos 30 gramos de frutos secos crudos o tostados (no fritos) y sin sal te servirán para coger energías y aguantar sin pasar hambre hasta la hora de la comida, como las barritas de dátiles y frutos secos.
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